Poppi, la marca de refrescos prebióticos que se posiciona como una alternativa saludable, estrenó una campaña masiva durante el Super Bowl. Como parte de la activación, envió máquinas expendedoras a docenas de influencers, quienes rápidamente comenzaron a compartir contenido sobre lo increíble que era tener un Poppi vending machine en su propia casa.
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El problema es que la audiencia no recibió bien la estrategia. Los comentarios en redes fueron rápidos y contundentes: la campaña se sintió excesiva, elitista y completamente fuera de contacto con el consumidor promedio.
Connection Makers
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The negative reaction
El backlash no tardó en llegar. En un video viral con casi 2 millones de vistas, una creadora de contenido calificó la campaña como “demasiado extravagante y desconectada de la realidad”.
“Esos influencers ya tienen de todo gratis y mientras tanto nosotros seguimos comprando su producto”, escribió un usuario en TikTok. Otros comentarios destacaban la falta de sostenibilidad de la campaña, cuestionando el impacto ambiental de mover las máquinas de casa en casa solo por un fin de semana. En Reddit, un usuario señaló que el gasto de energía y las emisiones de carbono necesarias para operar y transportar las máquinas eran un desperdicio innecesario.
En medio de la controversia, la creadora de contenido Alyssa Ege, especializada en publicidad, sugirió que Poppi debería haber colocado las máquinas en lugares donde las personas comunes pudieran acceder a ellas.
Olipop
La crisis de Poppi se intensificó cuando Olipop, su principal competidor, decidió unirse a la conversación con comentarios que avivaron el debate. En el video de una creadora, la cuenta de Olipop comentó: “Para que sepan, cada una de esas máquinas cuesta $25,000. Lol”. En otro video que criticaba la campaña, la marca agregó: “32 máquinas x $25K cada una… yikes”.
Los números comenzaron a circular en redes sociales y se convirtieron en un arma contra Poppi. Sin embargo, Adweek desmintió la cifra, asegurando que el costo real de cada máquina era menos de la mitad de lo que Olipop había sugerido.
Poppi´s Response
Frente a la crisis, Poppi intentó calmar la situación con un comunicado. La directora de comunicaciones de la marca, Farial Moss, explicó que algunas de las máquinas se colocaron en lugares públicos, mencionando específicamente la universidad de Tulane en Nueva Orleans, donde los estudiantes pudieron disfrutar de Poppi gratis.
Más tarde, la fundadora de la marca, Allison Ellsworth, publicó un video en TikTok intentando aclarar la situación. “Queríamos compartir Poppi con creadores en todo EE.UU. que estaban organizando fiestas del Super Bowl con amigos y familia. Sabemos que nuestra comunidad es clave para nuestro éxito, por eso queremos hacer que estas máquinas estén disponibles en más lugares”, afirmó. También señaló que la intención de la marca era usar las vending machines de manera más inclusiva en el futuro e invitó a la audiencia a sugerir ubicaciones donde deberían colocarlas.
What to do different?
La estrategia de Poppi falló porque se sintió desconectada de su comunidad y demasiado centrada en un grupo exclusivo de creadores de contenido. Para evitar este tipo de crisis en el futuro, las marcas deben priorizar la percepción de accesibilidad e inclusión en sus campañas.
En lugar de enviar máquinas expendedoras a influencers, Poppi pudo haber llevado la activación a espacios comunitarios como universidades, hospitales, estaciones de bomberos y escuelas, donde la audiencia general (y su público objetivo) podría haber interactuado con la marca.
También debieron anticipar la conversación en redes sociales. Una estrategia de crisis bien planificada habría permitido manejar mejor la narrativa y evitar que Olipop tomara el control del discurso con comentarios estratégicos en TikTok.
Las marcas que trabajan con influencers deben asegurarse de equilibrar las colaboraciones con iniciativas que beneficien directamente a sus clientes habituales. De lo contrario, corren el riesgo de alienar a su comunidad y perder la lealtad de su base de consumidores.
Final thoughts
Lo que comenzó como una estrategia llamativa para el Super Bowl 2025 terminó convirtiéndose en un PR nightmare para Poppi. La indignación por el exceso, la falta de autenticidad y la desconexión con los valores del consumidor moderno fueron factores clave en esta reacción negativa.
Esta controversia dejó claro que el marketing en la era digital exige más que solo campañas llamativas: requiere una verdadera conexión con la audiencia y una ejecución que refleje los valores de la marca.
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