Desde Asia hasta Europa, pasando por TikTok y las vitrinas más cool de Pop Mart, los Labubus están en todas partes. ¿Cómo un peluche de apariencia traviesa se convirtió en el accesorio más deseado del 2025? Este artículo desglosa la historia, el hype y, sobre todo, las lecciones que este fenómeno deja para los marketers de lifestyle, moda y consumo masivo.
¿Qué es Labubu?
Labubu es un personaje creado en 2015 por el artista hongkonés Kaising Lung como parte de su serie de libros ilustrados The Monsters. Aunque originalmente era un personaje de ficción infantil, su salto al estrellato global comenzó en 2019, cuando Pop Mart —el gigante del retail de juguetes coleccionables— firmó una alianza exclusiva con el artista para producir y distribuir las versiones físicas de estos curiosos seres.
Connection Makers
Pero el verdadero boom llegó en 2023, cuando lanzaron las versiones keychain como charms de bolso. Poco después, Lisa de BLACKPINK subió una foto abrazando un Labubu. Resultado: agotados. De nuevo. En todos lados.
Viralidad con esteroides
En solo los primeros cinco meses de 2025, se registraron más de 876,000 menciones de Labubu en redes como X, Reddit, Weibo, Pinterest, Instagram y YouTube. Si bien esto representa un leve descenso del 11% respecto al mismo período en 2024, el engagement y alcance crecieron un 137% y 76%, respectivamente.
Las principales explosiones de conversación fueron:
- Abril 24: Lanzamiento de la colección Big into Energy.
- Mayo 13: Reabastecimiento en tiendas Pop Mart UK (y posterior caos por el colapso digital).
Y aunque hay menos volumen, las menciones actuales son más intensas, emocionales y compartidas por perfiles cada vez más diversos.
El encanto del blind box
Parte del éxito de Labubu está en su modelo de compra: no sabes qué figura recibirás hasta abrirla. Esto convierte cada adquisición en una experiencia tipo Pokémon trading card o loot box, con un alto componente emocional, nostálgico y de recompensa.
Además, hay un sentido de comunidad entre fans que comparten unboxing videos, colecciones completas y rarezas personalizadas. Desde gamers hasta chefs de 90 años, todos pueden ser Labubu lovers.
Sentimiento: ¿ugly o cute?
Aunque los fans describen a Labubu como ugly-cute, el 83% de las menciones analizadas fueron positivas. En números: “cute” aparece 19,800 veces frente a 4,000 menciones de “ugly”. Este efecto contradictorio —entre lo extraño, entrañable y deseable— parece ser su superpoder.
Why it works?
Cross-generational appeal: Aunque nació como juguete, Labubu habla tanto al niño interior del consumidor Millennial como al FOMO de la Gen Z. En un momento donde lo “infantil” está de moda, el juguete se vuelve símbolo de lifestyle.
Scarcity + gamificación = éxito asegurado: La mecánica de blind box y los lanzamientos limitados convierten el acto de comprar en una experiencia emocional. No es solo consumo, es participación en un fenómeno.
Potencial de customización: Desde charms hasta tatuajes, Labubu se presta a reinterpretaciones personales. Esta capacidad de adaptarse y “vivir” en diferentes estéticas lo convierte en un objeto cultural.
Influencer-agnóstico: Labubu no pertenece solo a la moda o a los toys. Triunfa entre chefs, gamers, coleccionistas, tatuadores y tías bohemias. Las marcas pueden aprender del enfoque transversal y poco restrictivo en sus activaciones.
Alta compartibilidad visual: Su estética exagerada y expresiva funciona perfecto en thumbnails, Reels y Shorts. Labubu no solo se ve bien en el estante, se ve irresistible en cámara.
Final Thoughts
Labubu no es solo un peluche viral. Es una lección viva de cómo se construyen fenómenos culturales en la era del algoritmo. Las marcas que entiendan este fenómeno no solo aprenderán a detectar tendencias antes que los demás, sino a crear productos con alma, sorpresa y comunidad.
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