Gen Z spending vs other generations

A medida que Gen Z se convierte en una fuerza de consumo, una pregunta resuena entre marcas, economistas y medios: ¿cuánto gasta realmente esta generación? Según datos recientes de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU., el promedio de gastos anuales de Gen Z en 2023 fue de $52,891. Es una cifra considerablemente más baja que la de millennials ($81,589), Gen X ($95,692) y baby boomers ($70,207).

Pero ¿qué hay detrás de esta frugalidad? ¿Es una cuestión de mentalidad, de circunstancias o de ambas?

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Menores ingresos, menor gasto

Gen Z incluye desde adolescentes que aún viven con sus padres hasta jóvenes profesionales que recién inician sus carreras. Su poder adquisitivo está lejos del de generaciones mayores. Según una encuesta realizada por Self Financial en Estados Unidos, el ingreso promedio mensual de un miembro de Gen Z fue de $1,910.39, lo que equivale a un salario anual promedio de $22,924.68. Esta cifra contrasta fuertemente con los ingresos disponibles de hogares liderados por millennials ($97,866) y Gen X ($113,886).

Simplemente, ganan menos. Y eso, naturalmente, impacta cuánto pueden gastar.

La ventaja de vivir en casa

Muchos jóvenes Gen Z aún viven en casa de sus padres, lo que reduce costos significativos como alquiler, servicios y alimentos. Esto también se traduce en una menor carga financiera y, por ende, menor gasto anual.

Además, quienes ya trabajan suelen encontrarse en etapas tempranas de sus carreras, lo que también limita sus ingresos y su capacidad de consumo. Esta situación contrasta con millennials y Gen Xers que ya están consolidados profesionalmente y enfrentan más responsabilidades económicas.

Menos hijos, menos gastos

Un dato crucial: solo el 16% de Gen Z tiene hijos, lo que significa que la mayoría no enfrenta los altos costos de cuidado infantil. En comparación, a la misma edad, las mujeres millennials habían tenido un promedio de 2.02 hijos, mientras que las Gen X registraban un promedio de 2.07.

El cuidado de un solo niño puede representar entre 8.9% y 16% del ingreso familiar medio, con costos anuales de entre $6,552 y $15,600. Si hay más de un niño, los costos se disparan. En este aspecto, Gen Z tiene una ventaja financiera importante que se refleja directamente en sus patrones de gasto.

Sin dependientes adicionales… por ahora

Otra diferencia clave es el papel de los “cuidados extendidos”. Muchos Gen Xers no solo sostienen económicamente a sus hijos, sino que también cuidan de padres mayores. Según AARP, los cuidadores gastan hasta una cuarta parte de su ingreso anual en esta responsabilidad.

Gen Z aún no enfrenta esta doble carga económica. La mayoría vive una etapa de independencia personal, sin cargas familiares adicionales. Esto les permite ahorrar, gastar con más cautela o simplemente priorizar otras experiencias.

Baby boomers: la paradoja del retiro

Curiosamente, incluso en etapa de retiro o acercándose a ella, los baby boomers aún superan a Gen Z en gasto anual. Esto se debe en parte a sus ahorros acumulados, jubilaciones y un estilo de vida que aún privilegia el consumo. Sin embargo, muchos están también ajustando sus finanzas para extender su calidad de vida por más años, lo que en algunos casos reduce el consumo de bienes no esenciales.

¿Gasto bajo o consumo inteligente?

Más allá de los ingresos, Gen Z también está mostrando un comportamiento más consciente respecto al gasto. Son la generación de los presupuestos digitales, de los videos de “how to save” en TikTok y de los retos de “low-buy” o “no-spend” en redes. No es solo que gastan menos: muchos lo hacen a propósito.

Su consumo tiende a ser más selectivo, digital y experiencial. Prefieren invertir en tecnología, educación online o viajes, y son menos propensos a gastar compulsivamente en bienes materiales o de lujo.

Final Thoughts

El bajo nivel de gasto de Gen Z no es una señal de falta de ambición, sino una combinación de realidades económicas y nuevas prioridades. Viven una etapa de ingresos modestos, sin dependientes ni grandes responsabilidades financieras, lo que les permite mantener un consumo más bajo.

Sin embargo, también están moldeando una nueva lógica de consumo: más minimalista, más digital, más enfocado en valor que en volumen. Gen Z no solo gasta menos; está reescribiendo las reglas de cómo y por qué gastamos. ¿La gran lección? El poder económico no siempre se mide por cuánto gastas, sino por cómo eliges hacerlo.

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